Wednesday, October 18, 2006

La Respuesta

Pie forzado nº2: Escribir sobre la tristeza

La respuesta

En la mesa de la cafetería, ella revolvía sin mirar un café frío a medio tomar. Con la mirada perdida, parecía no darse cuenta del tumulto que la rodeaba. Todo el fin de semana había sido un error, una gran pérdida de tiempo y ninguna respuesta. ¿Qué esperaba? Ella no lo sabía, aunque en el fondo de su corazón quería creer en el cuento de hadas, que él la hubiera visto en la multitud, se arrepintiera de todo y borrara con un beso los últimos tres años de su vida. Se agarró la cabeza, “ya es muy tarde” suspiró y se quedó ahí inmóvil.

La noche anterior, cuando se bajó del auto, estaba nerviosa. No quería que alguien la fuera a reconocer... habría sido tan patético. “Es una locura” le habían dicho sus amigas, pero ella sabía que sólo así encontraría la tranquilidad y las respuestas que estaba buscando. Se escondió detrás de una gran columna y vio como la multitud entraba a la iglesia.

Todo había sido complicado desde el principio: distintos mundos, distintas formas de ver la vida – ella idealista, él práctico- pero cuando se encontraron parecía que se habían estado esperando toda la vida. “Hagamos una promesa, tu no me dejas nunca y yo voy a estar contigo para siempre”. Ella le creyó.

Pasaban los minutos y ella lo veía parado en la puerta con la cara de siempre, parecía un príncipe. De pronto un auto llegó y se bajó una sinfonía de tules y velos blancos con una sonrisa que le mordía las orejas. Cuando vio la mirada entre su príncipe y “la otra” lo entendió por fin. Este no era su cuento de hadas, la otra era la princesa y ella ni siquiera calificaba para personaje secundario de la historia. Oculta en la columna, vio como la historia de ellos tenía un final feliz.

Caminó sin rumbo toda la noche. Estaba tan cansada física y emocionalmente, que cuando vio el café no lo pensó y entró. Quería olvidar y empezar de cero, pero parecía imposible. Llorar ya no era una opción porque tenía hipotecadas las lágrimas de por vida. No lo entendía, la bruja le había dicho una semana antes, que en el viaje encontraría lo que buscaba, pero en vez de tener las cosas mas claras, tenía una nube de confusión estacionada en la cabeza. Olvidar todo y empezar de cero... pero ¿cómo?.

Los testigos dicen que ella venía ensimismada y no vio el auto cuando salió del café. Cuándo despertó, varios días después, lo único que dijo con voz temblorosa fue “¿A dónde estoy? ¿quién soy?”. La bruja tenía razón, la solución a su problema había llegado.

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