Wednesday, October 18, 2006

Acá debe ir un título

Pie forzado nº1: Escribir sobre el oficio de la escritura

Acá debe ir un título

Tienen que escribir sobre el oficio de la escritura. Que bien, pensé. Mil ideas se me ocurrieron entre que nos dieron los ejemplos y llegué a mi casa. Mmmm ¿el síndrome de la página en blanco? En mi caso, las 5 primeras líneas salen a gotitas, después el resto sale tipo grifo de bomberos (lo que no necesariamente quiere decir que el resultado sea bueno). ¿Escribir sobre cuando uno quiere escribir pero el medio te lo impide? Tampoco era el caso. Cuando quiero escribir, escribo. Cuando no, solita me busco las excusas para no hacerlo.

A lo mejor ahí está la clave de lo que me pasó… Los días pasaban y pasaban y de a poco las ideas geniales me fueron pareciendo tontas y un poco sosas. Incluso llegué a soñar despierta, que los personajes de mis historias se rebelaban: “¿Y tu crees que alguien te va a creer que por eso los gatos terminaron en el sartén? Andá!” ¡Orden! Si este personaje existe sólo porque yo escribo sobre él ¿no debería acatar sin chistar lo que yo digo en vez de cuestionar todas mis ideas? Parece que en este caso no.

Leí muchísimos cuentos esta semana y cualquier cosa que yo creyera que me podía servir de inspiración. Incluso encontré por ahí “Bartleby y Compañía” y lo empecé a leer sólo para reconocerme en varios de los autores. Claro que con dos grandes diferencias: 1) No he escrito nada que valga la pena y 2) si dejo de escribir, dudo que alguien se de cuenta. Por otra parte, no pude dejar de pensar que varios de mis geniales puntos de vista ya han sido escritos por otros, lo que convertirían mis pobres intentos en simples plagios.

Revisé cosas escritas antes, casi todas en primera persona. “El papel lo aguanta todo” es una frase de lo mas recurrente. Se acerca la hora de tener algo listo y nada se me ocurre. ¿Qué es lo que hace que a veces las palabras salgan solas y otras no quieran salir? Porque si de ambiente bucólico se trata, el fin de semana estuve en un lugar que perfectamente podría considerarse una especie de paraíso. Y si el tema son las emociones, esta semana he pasado por varias. Y sigo escribiendo y siguen saliendo frases y más frases que no tienen demasiada lógica.

¿Y si quisiera terminar ahora? Ya casi vamos por la plana… Mierda! Mi eterno problema: los finales. Como si no fuera poco con no poder exponer con gracia y claridad mis ideas al igual que no se cual escritor (nunca he sido buena con los nombres), llego al problema de toda la vida, hacer un buen cierre. Por eso prefiero las cartas, con un simple “saludos” o “nos vemos” está más que claro se termina ahí. Si solamente dejo de escribir… ¿se podría considerar eso el final de este intento de cuento?

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