La pregunta
¿Por qué el mar es azul? - Despertó de un salto. Otra vez la misma pregunta… ¿por qué? ¿Por qué el mar es azul?
Desde hacía dos semanas, que lo único en lo que podía pensar era en eso. El por qué del azul del mar. Como si eso fuera a contestar las mil y un dudas existenciales que rondaban por su cabeza. Había buscado en internet y en cuanta enciclopedia se cruzó por su camino la repuesta. Que porque es un reflejo del cielo, porque el fondo del mar es azul, porque la luz al separarse… y así un largo etcétera. Pero ninguna de estas respuestas, por científicas que parecieran, parecían tranquilizar su alma.
¿Por qué el mar es azul? Se preguntaba, mirando desde la orilla las olas. La gente se alejaba, pensando que se trataba de una loca. Ella quería, necesitaba, saber con urgencia la respuesta. Cuando estaba detenida en los semáforos en rojo, en lo único en lo que podía pensar era en la maldita pregunta sin respuesta.
Cada vez que veía a alguien nuevo, su rostro se iluminaba, pensando que al fin iba a encontrar a la persona que supiera contestar y poder así terminar con esta tortura…
Hasta que un día, sentada por milésima vez en la orilla de la playa, una niñita se le acercó. ¿Sabes por qué el mar es azul? – le preguntó. Obvio! Yo te voy a contar, lo que pasa es que un día…
Y ahí se quedaron, las dos sentadas en la orilla mientras la misteriosa niñita terminaba por fin con la maldición de la pregunta infinita.