Saturday, January 05, 2008

Cuentacuentos: "Los muertos no necesitan aspirinas"

Encrucijada

-Los muertos no necesitan aspirinas- dijo una voz a sus espaldas. Sofía se dio vuelta con los ojos enrojecidos, mirando con un dejo de desprecio al intruso. – Son para mí, el dolor de cabeza me está matando-. Bajó los hombros suspirando por la ironía de lo que acababa de decir.

Se miró al espejo, acomodándose el vestido negro. Siempre le había gustado vestirse de negro, pero el tener que hacerlo en ese minuto, la agobiaba. No era justo. No era justo que él la abandonara justo el día que comenzaba el año. Justo ese, que iba a ser su año. Un año lleno de planes, de viajes y de tantas otras cosas que ahora, sola, no tenían ningún sentido. Cerró los ojos, sintiéndose culpable y egoísta por recriminarlo justo ahora que no podía defenderse…

- ¿No te parece que es un poco melodramático el cuento que estás escribiendo?
- Sabes que no me gusta que leas mis cuentos antes de terminarlos – dije mientras ponía en la mesa los vasos con jugo – De hecho, no se si va a ser un cuento o si se va a quedar en la carpeta de los sin terminar. Sinceramente no se que hacer con la viudita-
- Eso es porque es un cuento triste. Nadie puede escribir algo tan triste a principio de año… ¿por qué no tratas con otro estilo?
- Fue lo primero que se me ocurrió cuando leí la frase…
- Se que algo se te va a ocurrir – dijo, dándome un beso en la frente

- Los muertos no necesitan aspirinas… ¿Qué tal la fiesta anoche?-. Sofía, que revolvía el botiquín de los remedios, se dio vuelta. – Ja, ja, muy gracioso. Por favor habla despacito, me están taladrando la cabeza. ¿Dónde están las aspirinas?- Miguel la quedó mirando y pasándole las aspirinas dijo: – Está bien que la barra era abierta, pero sabes de sobra que no era obligación vaciarla-.

Sofía suspiró y se tragó dos aspirinas. Eso era tan de Miguel… sermonearla con ese complejo de hermano mayor que no le quedaba demasiado bien, pero que en el fondo, a ella le encantaba, porque sabía que con el resto de sus amigas no era igual. – La fiesta de Año Nuevo es solo una vez al año y hay que disfrutar. Y si de verdad te importaba tanto, no me hubieras dejado sola en la mitad de la fiesta. Ya, quita la cara de perro sermoneador y cuéntame que haces acá tan temprano-.

- ¿Qué te parece ahora?- dije dando vueltas el notebook para que pudiera leer. Frunció la frente mientras leía. – ¿Y? Tampoco es un tratado de economía para que lo analices tanto… ¿está mejor?-
- Mmm… he leído comienzos de cuentos tuyos mejores. Además, no se de donde sacaste que tengo cara de perro sermoneador.
- Perdona, pero hasta donde yo se, no me llamo Sofía y tu no te llamas Miguel- contesté rápidamente. Su silencio y su mirada, me indicaron que no me estaba creyendo. -Está bien, algo de realidad hay. Pero tampoco para que te enojes. Está bien, voy a escribir de otra cosa. ¿Sabes que a veces te odio?-. Sonriendo y pellizcándome la nariz dijo: -sabes perfectamente que eso no es así-.

“Los muertos no necesitan aspirinas”. Sofía volvió a leer lo que aparecía en su galleta de la fortuna y miró a sus amigos. –Está bien que me cueste entender los mensajes de las galletas, pero este definitivamente no tiene ningún sentido. ¿No creen?-. Todos rieron, cerrando la noche brindando por los dolores de cabeza de los muertos.

Se subió el cuello del abrigo y se acomodó la bufanda. El invierno estaba cada vez peor. El camino del restaurante a su casa no era tan largo y la noche estaba clara, así que aprovechó de caminar. Le encantaban esos momentos en los que podía arreglar el mundo, hacer la lista del supermercado o cualquier cosa que se propusiera. El año terminaba bien, estaba feliz. Recordó que tenía el refrigerador vacío y desvió un poco el camino para entrar en el supermercado. Encontró enseguida la leche y el pan, definitivamente estaba de suerte. Camino a la caja vio las aspirinas y sonriendo, se acordó del mensaje de la galleta que le había salido. – Los muertos no necesitarán aspirinas, pero yo si – dijo agarrando una cajita. Pagó rápido y se fue.

La calle a esas horas, ya estaba casi vacía. Apuró el tranco, añorando estar al fin en su casa. Miró a su alrededor, mientras esperaba la luz verde. – No viene nadie ¿Qué me va a pasar? – dijo cruzando la calle.

- Eres una degenerada. ¿¿¿La vas a matar???
- No me gusta que leas por sobre mi hombro. Ahora no se si vas a poder captar la ironía del cuento.
- ¿Ironía?
- Si, el camión que la atropelló puede ser de la Bayer…
- Eres terrible
- Lo se, no tengo remedio.

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14 comments:

Anonymous said...

Que original, me gusta, me gusta ;)

Y sobretodo, me gusta la ironía, me gustan ese tipo de ironías XD

Un saludo ^^

Jara said...

jajajajajjajaja hubiera sido muy bueno. Ese final genial.

Saludines. Y feliz año a ti tb.

Anonymous said...

Me gusta la forma en que has ido desarrollando la trama y haciendo crecer el relato según ibas ahondando en él. El final genial como una premonición anunciada desde el principio.
Un abrazo u que el año nuevo sea feliz para tí y los tuyos.

Sureña said...

Muy muy bien Rose! me ha encantado la forma de narrarlo, mezclando en cierta manera la realidad con la ficción, y ese punto de ironía que le has dado.

Está claro que tengo que volver...

Un beso!

Miriam said...

jajaja, yo no se si habría pillado la ironía tampoco :P

te quedó genial ;)

Y por que no se pueden escribir cosas tristes a principio de año? :S

Anonymous said...

Jejejeje está muy curioso tu relato, una mezcla entre realidad y ficción. Desde luego el principio que más me gusta es el último. El final muy bueno jaja.

Un abrazo.

Disonante said...

¡Muy bueno Rose! Me ha gustado mucho, la forma de encauzar la historia, ese paralelismo entre cuento y realidad, muy bien escrito y muy original. ¡Enhorabuena!

FDO: Disonante (Una crítica constructiva hace crecer, una alabanza hace dormir bien)

Jan Lorenzo said...

jajajaj... Menudo par están echos estos dos... jajajaj...

Por cierto... Me gusta mucho la ironía del último escenario que has creado... Quizá podrías desarrollarlo un poquito más... Seguro que da para mucho...

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

Mj said...

Jajajajaja, yo lo hubiera hecho, sin duda ;)

Muy en contra yo también de que me lean por encima del hombro y de que los que me rodean se den por aludidos...es ficción, todo ficción...¿todo ficción? ;)

Rose Sepúlveda said...

Ilmi: que bueno que te gusten las ironías! tiendo a escribir así... aunque se trate de la historia mas triste de todas.

Miriam: supongo que porque a principio de año todo el mundo está feliz y lleno de optimismo ;)

Niobiña: prometo desarrollar mas la última historia... a ver como queda

MJ: veo que no soy la única con la manía de mantener secreto el cuento hasta que está listo!!!

Jara, Marisela, Sureña, Miki, Disonante, muchas por pasar por acá ;)

Pugliesino said...

Feliz año Rose y rebienvenida!!
El relato en directo,aún en cocción nos narras como poco a poco va tomando forma.Como un espejo tus palabras nos reflejan la historia de la historia original y bellamente contada.
Y el final de la Bayer sencillamente genial!
Un abrazo

Anonymous said...

Me encanta, me encanta... muy buena la idea del relato paralelo. Está muy bien distribuida la parte escrita de la real; y los diálogos también.
No sé si había pasado antes por tu blog (aunque no tengo tiempo casi ni de escribir en el mío), pero intentaré pasar cada semana a ver qué vas haciendo, oki?
Saludos desde el Mediterráneo!

Hell.

Anonymous said...

Jajjajajaja, me ha encnatado, de verdad. Grandioso!!!!

Anonymous said...

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